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viernes, 10 de junio de 2011

¿Por qué Campaña Admirable?

La Campaña Admirable marcó el inicio de las luchas por la independencia de Venezuela, nadie mejor que Bolívar para describirla:

“No he podido oír sin rubor, sin confusión, llamarme héroe y tributarme tantas alabanzas. Exponer mi vida por la patria, es un deber, que han llenado vuestros hermanos en el campo de batalla; sacrificar todo a la libertad, lo habéis hecho vosotros mismos, compatriotas generosos. Los sentimientos que elevan mi alma, exaltan también la vuestra. La providencia y no el heroísmo, han operado los prodigios que admiráis. Luego que la demencia o la cobardía os entregaran a los tiranos, traté de alejarme de este país desgraciado. Yo vi al pérfido que os atraía a sus lazos, para dejaros prendidos en las cadenas. Fui testigo de los primeros sacrificios que dieron la alarma general. En mi indignación resolví perecer antes de despecho o de miseria en el último rincón del globo, que presenciar las violencias del déspota. Huí de la tiranía, no para salvar mi vida, ni esconderla en la oscuridad, sino para exponerla en el campo de batalla, en busca de la gloria y de la libertad. Cartagena, al abrigo de las banderas republicanas, fue elegida para mi asilo. Ese pueblo virtuoso defendía por las armas sus derechos contra un ejército opresor que había ya puesto el yugo a casi todo el estado. Algunos compatriotas nuestros y yo, llegamos en el momento del conflicto, y cuando ya las tropas españolas se acercaban a la capital y le intimidaron la rendición, los esfuerzos de los caraqueños contribuyeron poderosamente a arrojar a los enemigos de todos los puntos. La sed de los combates, el deseo de vindicar los ultrajes de mis compatriotas, me hicieron entonces alistar en aquellos ejércitos, que consiguieron las victorias señaladas. Nuevas expediciones se hicieron contra otras provincias. Ya en aquella época era yo en Cartagena coronel, inspector y consejero; y no obstante, pedí servicio en calidad de simple voluntario bajo las órdenes del coronel Labatut que marchaba contra Santa Marta. Yo desprecié los grados y distinciones. Aspiraba un destino más honroso: derramar mi sangre por la libertad de mi patria. Fue entonces que indignas rivalidades me redujeron a la alternativa más dura. Si obedecía las órdenes del jefe, no me hallaba en ninguna ocasión de combatir; y si seguía mi natural impulso, me lisonjeaba de tomar la fortaleza de Tenerife, una de las más inexpugnables que hay en la América meridional. Siendo vanas mis súplicas para obtener de aquél me confiase la dirección de esta empresa, elegí arrostrar todos los peligros y resultados, y emprendí el asalto del fuerte. Sus defensores le abandonaron a mis armas, que se apoderaron de él sin resistencia, cuando hubiera podido rechazar al mayor ejército. Cinco días marcados con victorias consecutivas, terminaron la guerra, y la provincia de Santa Marta fue ocupada después sin obstáculo alguno. Tan felices sucesos me hicieron obtener del Gobierno de la Nueva Granada el mando de una expedición contra la provincia de Cúcuta y Pamplona. Nada pudo allí detener el ímpetu de los soldados que mandaba. Vencieron y despedazaron a los enemigos en donde quiera que los encontraban, y esta provincia fue liberada. En medio de estos triunfos, ansiaba sólo por aquellos que debieran dar la libertad a Venezuela; constante mira de todos mis conatos. Las dificultades no podían aterrarme: la grandeza de la empresa excitaba mi ardor. Las cadenas que arrastrabais, los ultrajes que recibíais, inflamaban más mi celo. Mis solicitudes al fin obtuvieron algunos soldados, y el permiso para poder hacer frente al poder de Monteverde. Marche entonces a la cabeza de ellos, y mis primeros pasos me hubieran desalentado, si yo no hubiese preferido vuestra salud a la mía. La deserción fue continua, y mis tropas habían quedado reducidas a muy corto número, cuando obtuve los primeros triunfos en territorio de Venezuela. Ejércitos grandes oprimían la República, y visteis, compatriotas, un puñado de soldados libertadores volar desde la Nueva Granada hasta esta capital venciéndolo todo, restituyendo a Mérida, Trujillo, Barinas y Caracas a su primera dignidad política. Esta capital no necesitó de nuestras armas para ser liberada. Su patriotismo sublime no había decaído en un año de cadenas y vejaciones. Las tropas españolas huyeron de un pueblo desarmado, cuyo valor temían, y cuya venganza merecían. Grande y noble en el seno mismo del oprobio, se ha cubierto de una mayor gloria en su nueva regeneración. Compatriotas: Vosotros me honráis con el ilustre título de Libertador. Los oficiales, los soldados del ejército, ved ahí los libertadores; ved ahí los que reclaman la gratitud nacional. Vosotros conocéis bien los autores de vuestra restauración: esos valerosos soldados, esos jefes impertérritos. El general Ribas, cuyo valor vivirá siempre en la memoria americana, junto con las jornadas gloriosas de Niquitao y Barquisimeto. El gran Girardot, joven héroe que hizo aciaga con su pérdida la victoria de Bárbula; el mayor general Urdaneta, el más constante y sereno oficial del ejército. El intrépido D´Elhuyar, vencedor de Monteverde en Las Trincheras. El bravo comandante Campo Elías, pacificador del Tuy y libertador de Calabozo. El bizarro coronel Villapol que desriscado en Vigirima, contuso y desfallecido, no perdió nada de su valor que tanto contribuyó a la victoria de Araure. El coronel Palacios, que en una larga serie de encuentros terribles, soldado esforzado y jefe sereno, ha defendido con firme carácter la libertad de su patria. El mayor Manrique, que dejando sus soldados tendidos en el campo, se abrió paso por las filas enemigas, con sólo sus oficiales Planes, Monagas, Canelón, Luque, Fernández, Buroz, y pocos más, cuyos nombres no tengo presentes, y cuyo ímpetu y arrojo publican Niquitao, Barquisimeto, Bárbula, Las Trincheras y Araure. Compatriotas: Yo no he venido a oprimiros con mis armas vencedoras. He venido a traeros el imperio de las leyes; he venido con el designio de conservaros vuestros sagrados derechos. No es un despotismo militar lo que puede hacer la felicidad de un pueblo, ni el mando que obtengo puede convenir jamás, sino temporariamente, a la República. Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a la patria. No es árbitro de las leyes ni del gobierno; es defensor de su libertad. Sus glorias deben confundirse con los de la República; y su ambición debe quedar satisfecha al hacer la felicidad del país. He defendido vigorosamente vuestros intereses en el campo del honor, y os prometo que los sostendré hasta el último período de mi vida. Vuestra dignidad, vuestras glorias serán siempre caras a mi corazón; más el peso de la autoridad me agobia. Yo os suplico que me eximáis de una carga superior a mis fuerzas. Elegid vuestros representantes, vuestros magistrados, un gobierno justo; y contad con que las armas que han salvado la República, protegerán siempre la libertad y la gloria de Venezuela.” (Simón Bolívar, mensaje a la Asamblea en Caracas, 2 de Enero 1.814)"

Orden cronológico De la campaña admirable

  • 1812 - Dirigió la campaña militar que acabaría con la caída de la I República de Venezuela en1812, tras lo cual asumió el mando como Capitán General de Venezuela. Sin embargo, fue vencido un año después, durante la "Campaña Admirable" comandada por Simón Bolívar. Llegó a ser Jefe de Escuadra de la Real Armada Española. Contenido 1 Acciones militares en la Armada.
  • 1813 - Este grupo de valientes, armados de machetes, desembarco en las Costas de Venezuela ya fuerza de coraje ocupo varias poblaciones orientales, al par que por occidente corría Bolívar hacia el centro de su prodigiosa Campaña Admirable, en el año de 1813.
  • May 1813 - Campañas.- Las tropas patriotas partieron de Cúcuta en mayo de 1813 y en forma rápida y con buen éxito hicieron la “Campaña admirable” de los Andes Venezolanos : San Cristóbal, La Grita, Mérida y Trujillo se vieron libres del español. En esta última salió el decreto de Guerra a Muerte, justificable por los sistemas crueles desde antes usados por los españoles, por la indecisión de muchas personas y para imponer y reforzar la autoridad militar, tan necesaria en Venezuela.
  • 14 May 1813 - Los restos simbólicos de la heroína independentista nacida en Quito, llegan al país este sábado por el estado Táchira, proveniente de Colombia, emulando la ruta de laCampaña Admirable que realizó Bolívar desde San José de Cúcuta el 14 de mayo de 1813, con el objetivo de liberar a Venezuela del poder español, luego de la pérdida de la Primera República. Al respecto, Torres Galarza acotó que hoy nuevamente se pone de manifiesto la ruta admirable en el proceso revolucionario


  • 18 Jun 1813 - La Batalla de Agua de Obispo tuvo lugar el 18 de junio de 1813, en el marco de la Campaña Admirable. El jefe patriota fue Atanasio Girardot, quien siguiendo las órdenes de Bolívar, se enfrentó al comandante Manuel Cañas, quien se encontraba en Carache con 500 hombres que habían sido enviados desde San Carlos a ayudar al brigadier español Ramón Correa. Girardot ataca y luego de una hora de lucha, logra derrotar a los realistas, tomando como prisioneros a 63 soldados 


  • 1 Jul 1813 - Cuando el 1 de julio de 1813 Simón Bolívar llega a Guanare, en su Campaña Admirable y poco después de haber Proclamado su Decreto de Guerra a Muerte , el Doctor Unda procuró impedir la matanza de algunos honorables españoles establecidos desde años atrás en la ciudad de Guanare; es así como salva la vida de Don Luis Gonzalo, empleado de la "Real Hacienda de Guanare", escondiéndolo por muchos días detrás del retablo del altar mayor de la Iglesia Parroquial


  • 6 Ago 1813 - El 6 de agosto de 1813, al término de la veloz acción militar denominada "Campaña Admirable" que emprendió en Cartagena pocos meses antes, Bolívar entró triunfante en Caracas y por primera vez tuvo el poder de la República en sus manos. Aunque organiza tres Secretarías para llevar el gobierno, su mayor preocupación fue la de darle forma y sostén legal a la República, a base de convocar una asamblea de notables ante la cual deponer la autoridad suprema acumulada en su persona.
  • 6 Ago 1813 - El apoyo en hombres, recursos y pertrechos del Presidente del Congreso de las provincias neogranadinas, Camilo Torres, del presidente del Estado de Cundinamarca Antonio Nariño y del Presidente del Estado de Cartagena, todos neogranadinos, permitió el desarrollo victorioso de la Campaña Admirable que refundó la República por segunda vez en Venezuela, el 6 de agosto de 1813
  • 7 Ago 1813 - Luego de notables éxitos, y favorecido por el estado de rebelión contra las actuaciones de los realistas en que había caído el país, Bolívar, tras recorrer mil quinientos kilómetros, entra en Caracas el 7 de agosto de 1813. Esta marcha es la que se conoce como la Campaña Admirable. Bolívar toma el mando supremo del Estado Independiente de Venezuela, que está formado por las provincias de Mérida , Trujillo, Barinas y Caracas.
  • 23 Nov 1813 - La Batalla de Vigirima fue una decisiva contienda de la Independencia de Venezuela en la cual combatieron el «Escuadrón de Agricultores» en el contexto de laCampaña Admirable y el Ejército Realista, resultando en un firme triunfo para el bando independentista comandado por José Félix Ribas. Tuvo lugar el 23 de noviembre de 1813, en los terrenos del valle de Vigirima, a 23 km al norte de la ciudad de Guacara, estado Carabobo.


Breve Recuento De Lo Ocurrido En La Campaña Admirable Y Después De Ella

Exiliado en Nueva Granada, después de la capitulación de 1812, Bolívar se entregó de lleno a la tarea de conseguir ayuda para invadir a Venezuela. En el Manifiesto de Cartagena expuso su plan de acción al gobierno neogranadino. Después de prestar servicios y participar en varias campañas en el vecino país (Cartagena, Santa Marta, Pamplona), obtuvo la ayuda del gobierno de la Nueva Granada e invadió por San Antonio del Táchira a comienzos de marzo de 1813. La campaña se completó con todo, éxito en cinco meses. Bolívar, secundado por José Félix Ribas, Rafael Urdaneta, Atanasio Girardot y otros patriotas venezolanos y granadinos, derrotó a los realistas en Niquitao, los Horcones y Los Pegones, y ocupó gran parte del territorio de las provincias de Barinas, Mérida, Trujillo y Caracas. Monteverde se refugió en Puerto Cabello y Bolívar ocupó Caracas el 7 de agosto de 1813. Los españoles quedaron en poder de Puerto Cabello, Coro y las provincias de Maracaibo y Guayana. La situación político-militar a mediados de 1813, y como resultado de las dos campañas, guardaba cierta semejanza con la de 1811. Durante la Campaña Admirable, Bolívar proclamó la "guerra a muerte", en la ciudad de Trujillo, el 15 de junio de 1813. Y a raíz de la ocupación de Caracas, declaró restablecida la República y asumió la dictadura.

LA CAMPAÑA ADMIRABLE

El 14 de mayo de 1813 sale de Cúcuta el ejército conducido por Simón Bolívar con destino a Venezuela. Lo integran brillantes oficiales granadinos y venezolanos, por lo que la campaña que se inicia se llamará la Campaña Admirable. Ellos eran, entre otros, Rafael Urdaneta, José Félix Ribas,Atanasio Girardot, Antonio Ricaurte, Luciano D'Elhuyar, etc.
Bolívar había recibido el 30 de marzo la deseada autorización, para invadir a Venezuela, aunque no a entera satisfacción; además, las divergencias surgidas entre él y el coronel Manuel del Castillo retrasan notablemente la empresa libertadora.
Cuando Bolívar llega a Mérida, el 23 de mayo de 1813, el pueblo lo aclama como LIBERTADOR,siendo la primera vez que así se le llama. El Concejo de esta ciudad merideña, presidido por don Luis María Rivas, le saluda en sesión especial con estas palabras: «¡Gloria al Ejército Libertador y gloria a Venezuela que os dio el ser, a vos, ciudadano general! Que vuestra mano incansable siga victoriosa destrozando cadenas, que vuestra presencia sea el terror de los tiranos y que toda la tierra de Colombia diga un día: Bolívar vengó nuestros agravios».
El 14 de junio llega a la ciudad de Trujillo. Al día siguiente, después de meditar largas horas, dictó aquella terrible Proclama de Guerra a Muerte, documento controversial que se le justifica a Bolívar por la manifiesta crueldad de los españoles realistas. Esta proclama, en que se ofrece la vida a los americanos, aún cuando sean culpables, y a los españoles y canarios se les amenaza con la muerte, «aún siendo indiferentes», si no obran activamente en obsequio de la libertad, tuvo el efecto que se deseaba, es decir, estimular a unos y amedrentar a otros. Para este día de la Proclama de Guerra a Muerte, Bolívar no había cumplido aún los 30 años de edad.
El 2 de julio de 1813, el ejército libertador, con José Félix Ribas y Rafael Urdaneta a la cabeza, vence en Niquitao. Luego obtendrá la hermosa victoria de Los Horcones. Bolívar, por su parte, después de libertar a San Carlos, derrota por completo al enemigo en Taguanes, obligando a Monteverde a retirarse a Puerto Cabello. El 2 de agosto entra el Libertador a Valencia, en medio del frenesí del pueblo. Allí deja de Gobernador Militar a Girardot, y con tropas de éste y de Urdaneta siguió hacia su objetivo principal, la ciudad de Caracas.
A su ciudad natal llega Bolívar, triunfante, el día 6 de agosto, dejando atrás las penurias, los sacrificios de la Campaña Admirable. La Gaceta de Caracas, de veinte días más tarde, comenta: «Que se considere al héroe caraqueño en medio de un concurso de más de 30.000 almas recibiendo los homenajes sinceros de todo un pueblo a quien acaba de libertar ...» Los realistas, que ejercían el Poder Civil y Militar de Caracas, huyen precipitadamente de la ciudad. Después, en 14 barcos se dirigen hacia Curazao. Tres días tenía el Libertador en Caracas, en medio de homenajes sinceros del pueblo y de las autoridades republicanas. Pero su celo, su actividad eran cada vez más notorios.